Primera Cuenta Pública ABIF

Este miércoles, la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras realizó su Primera Cuenta Pública anual, correspondiente a la gestión 2021. A través de una transmisión abierta por la señal de EmolTV, el presidente del gremio, José Manuel Mena, hizo un recuento de las principales cifras que marcaron el desempeño de la industria durante el año pasado. Asimismo, detalló las actividades lideradas por la ABIF en diversos ámbitos, como Educación Financiera, y entregó las perspectivas del sector respecto de la banca del futuro.

“A través de esta cuenta pública queremos hacer visible toda la labor que desarrollan a diario las personas que trabajan en nuestro sector. Como banca estamos presentes en la mayoría de las acciones de la vida cotidiana, desde la compra del pan hasta la concreción de proyectos que contribuyen al desarrollo sostenible del país. Queremos visibilizar el aporte que hace nuestra industria al bienestar de las familias y la sociedad en general”, comentó José Manuel Mena al comenzar la actividad.

Revisa la cuenta pública acá.

Al finalizar la presentación, el Presidente ABIF respondió las siguientes preguntas de la audiencia:

Sobre los créditos hipotecarios, el año pasado se recortaron los plazos y subieron las tasas ¿Cuál será la tendencia para el 2022?La situación de los créditos hipotecarios es esencial para cumplir con el sueño de la vivienda propia. La cartera ha tenido, lamentablemente, un cambio sustantivo. Chile era hasta hace poco el país mejor posicionado en Latinoamérica en materia de créditos hipotecarios, comparable a 15 países del mundo, con acceso a créditos a 30 años plazo y tasa fija.

Para volver ese nivel se requiere de un trabajo sostenido y reconstruir el ahorro a largo plazo, junto con un contexto económico, social y político de mayor certidumbre. Lo anterior, de todas formas, podría darse en algunos años, quizás al final de esta década.

¿En qué tasas promedio finalizó el 2021?

Finalizamos con un promedio en torno 4%, pero las nuevas operaciones han estado estabilizadas entre el 5% y 6%. Es probable que se mantenga dentro de estas cifras en lo que resta del 2022.

¿Es el sector inmobiliario una industria más riesgosa para financiar? ¿qué factores están influyendo en estas decisiones?

La industria inmobiliaria depende directamente de la capacidad de venta, la cual se ha visto afectada ya que las familias requieren de mayores ingresos para optar por un crédito hipotecario que no supere los 15 años y con tasas sobre el 5%.

De esta forma, la demanda de compra de departamentos y casas ha caído de manera importante. Con esto, el riesgo del sector -en término de viviendas en específico-, ha aumentado, pero existen sub-segmentos dentro del mundo inmobiliario que siguen teniendo una alta demanda.

¿Con qué plazos están trabajando los bancos para los créditos hipotecarios? ¿Por cuánto tiempo se podría mantener esta restricción?

Hoy los recursos que se obtienen de los depositantes varían entre los 15 y 20 años. No se ha podido reconstruir la capacidad de ahorro para que los depositantes proyecten muy a largo plazo, pensando en 30 años. Actualmente, los flujos son muy pequeños comparada con la demanda de créditos hipotecarios.

…Y, con respecto al los pies en torno al 20%.

Nuestro país ha tenido una evolución muy grande en los últimos años, viviendo incluso periodos donde se requería un 0% de pie, con capacidad de financiamiento del 100% de la vivienda. Eso, proyectamos que no se volverá a ver en los próximos años, ya que hay una situación de riesgo puntual en esa operación, que supone una buena práctica de al menos el 10% de pie por parte del nuevo deudor. Junto con esto, la necesidad de poder conciliar los ingresos familiares, con la capacidad de pago de un dividendo con nuevos plazos y tasas, obliga a que el ahorro para el pie inicial sea mayor. Eso es parte también de un endeudamiento sano y, como industria, debemos ser responsables en ese sentido.

¿Cuáles son las expectativas del próximo gobierno?

El próximo gobierno tiene desafíos muy difíciles para los años 2022 y 2023. La comparación en base a cifras va a llevar a que, pese a que este año incremente o crezca algo, el crecimiento del país va a estar en torno a 2% o incluso más bajo. Va a ser un bajo desarrollo frente al 2021. Es muy difícil generar un cambio en esa cifra. ¿Qué implica esto? Una gran dificultad para reconstruir empleo, especialmente en sectores que hoy son muy duros de cambiar.

El país requiere volver a invertir, porque si no se recupera la posibilidad de inversión importante en el próximo semestre, el 2023 va a estar jugado y va a ser incluso peor que el 2022. El próximo gobierno tiene la situación más difícil de las últimas décadas, porque no tenemos holguras fiscales, tenemos una economía sobrecalentada y no tenemos posibilidades de cambiarla fuertemente en los próximos meses.

Además, tenemos -sobretodo-, la necesidad de volver a generar un dinamismo que impulse la inversión, y eso viene de la mano de la construcción de la confianza, que significa lograr acuerdos relevantes, que también se vean reflejados en la Constitución.

No va a ser fácil la tarea, por eso requiere el apoyo de todos en la medida de lo posible, para que el país vuelva a tomar una senda de recuperación. Sin eso, no es posible disminuir la pobreza, ni es posible cumplir con todas las demandas sociales.

¿Está la banca disponible para una mayor carga tributaria?

La forma en cómo se hace una reforma tributaria, entendemos que es la prioridad número uno. La carga tributaria requiere, especialmente, escuchar al ámbito técnico, para que el efecto de la reforma tributaria no traiga malas consecuencias. Los objetivos de lograr mayores recursos frente a necesidades que son compartidas por la mayoría, pasan por tomar decisiones que no queden solo en los deseos, sino que escuchemos y miremos fuera de la caja, pero escuchando las alternativas técnicas.

Hemos visto en períodos recientes, decisiones económicas donde la mirada técnica no estuvo presente o no fue escuchada. Requerimos una mirada técnica para que esa reforma sea adecuada, pero también sostenible, para que no traiga un retroceso en la inversión y el crecimiento del país. Sin crecimiento, no hay posibilidad de mejoras sociales.

¿Alguna propuesta que le preocupe del programa del Presidente electo?

Más que el qué hacer, la pregunta es cómo se hace, en qué tiempos se hace y con qué prioridad es la secuencia a seguir. Nuestra mirada en ese sentido, es que si uno toma el programa completo y lo intenta hacer en cuatro años es imposible, y podría traer un problema muy grande al país, a la capacidad de superar pobreza, porque puede significar un retroceso.

Y, nuevamente, la técnica tiene que ser escuchada y tiene que compatibilizarse con la mirada política. Cada una separada no hace bien al país. En conjunto, teniendo una posición transparente y planteando todas las alternativas, pero midiéndolas técnicamente, es lo que nos va a permitir ser un mejor país.

Convención Constitucional

La Convención Constitucional tiene un mandato de los ciudadanos para elaborar un documento que pueda ser plebiscitado y que tenga las bases de nuestro futuro país. Pero, que dé las bases en donde el 95% de los chilenos nos veamos incluidos, nos sintamos representados. Que ese documento logre una mayor unión, y posibilite un camino de desarrollo en donde la gran mayoría  concordemos.

Dicho eso, una Convención no solo debe buscar los 2/3 de acuerdo, sino un porcentaje mucho más amplio. Las votaciones puntuales por una mayoría circunstancial no corresponden a lo que yo esperaría fuera una situación bastante más sólida en su base de adhesión. Para lograr lo anterior, no es posible plantear maximalismos, ni situaciones extremas.

Nos preocupa en ese sentido ,el proceso que hemos visto en las últimas dos semanas. Hay elementos de derechos humanos, del año 1948, del acuerdo de la ONU que deben ser parte de nuestra Constitución también. El mandato planteado señala que se deben cumplir todos los mandatos internacionales y ahí los derechos humanos de la ONU son fundamentales.

Ahí se establece la libertad de emprender, de poder encontrar un trabajo, el derecho de propiedad, de manera de que eso también esté resguardado. Hay más elementos, no solo económicos, sino -por ejemplo-, la familia como concepto básico de la sociedad, también el derecho que los padres elijan la educación que sus hijos deben tener.

Lo que he visto en las últimas semanas son elementos contrapuestos con lo que he mencionado. Es el minuto de hacer una detención de plantearse si este es el camino para lograr esa Constitución que a todos nos represente. Me parece que (sino) podemos tener un problema. Volvamos a entender cuál es el mandato, de manera que podemos tener una Constitución que se apruebe. Lo peor que nos puede pasar es que este sea un documento frustrado.