En el marco del avance de los programas de garantías de apoyo a las empresas, la Asociación de Bancos (ABIF) destacó hoy la contribución de los bancos privados en los distintos programas, con el objetivo de continuar acompañando a sus clientes frente a los desafíos del escenario económico actual, ya sea a través del financiamiento de necesidades de capital de trabajo o nuevos proyectos de inversión. De este modo, se fortalece la economía en materia de crecimiento; creación de empleo y, en definitiva, el bienestar de los chilenos.
Los bancos privados canalizan más del 87% de los montos de créditos a empresas, proporción que se ha mantenido relativamente estable en el tiempo, más allá de los programas de garantías estatales, y han tenido un rol activo en esta coyuntura, situación que se refleja en la participación de los créditos otorgados en el marco de estas iniciativas.
En particular, a través del programa FOGAPE Chile Apoya, los bancos privados han desembolsado US$ 2.650 millones, beneficiando a 54 mil pymes -lo que equivale a un promedio de $ 45 millones por pyme– y con una tasa de rechazo por políticas de los bancos de un 9% del total de solicitudes recibidas. Estas cifras se suman a los cerca de US$ 23 mil millones del programa COVID Reactiva, el 73,5% de los cuales provenían de los bancos privados.
En tanto, a través del programa FOGAES a constructoras, los bancos privados han aprobado 447 solicitudes, por un monto de US$ 173 millones -lo que equivale a un desembolso de $ 350 millones en promedio-, y con una tasa de rechazo por políticas de los bancos extremadamente baja, la cual se ubica en 5% de las solicitudes recibidas. Cabe señalar que las solicitudes recibidas dan cuenta de un porcentaje bastante relevante del total de las empresas elegibles por el programa (aproximadamente 80%). Por último, señalar que los créditos otorgados por la banca privada representan 65% del total de los montos entregados.
La Asociación de Bancos terminó por recordar que el sistema financiero es un todo, que involucra tanto a actores privados y públicos, cada uno de ellos con sus fortalezas, pero alineados en la meta de contribuir al país y mantener la solidez que es uno de los aportes más significativos al funcionamiento de la actividad empresarial y la economía chilena.